Entrevista a Bostrom y Pearce en Cronopis
Dave y Nick son los cofundadores de la Asociación Transhumanista Mundial, una organización sin fines lucrativos para la mejora de las capacidades humanas con alta tecnología.
ANDRÉS LOMEÑA: El transhumanismo propone el uso de nuevas tecnologías para mejorar las habilidades físicas y mentales de los seres humanos, descartando algunos aspectos como la estupidez o el sufrimiento. Habéis sido descritos como tecnoutópicos por críticos que escriben sobre las exageraciones del futuro. En mi opinión, hay algo bastante peor que el optimismo: el tecnopesimismo radical, encabezado por Paul Virilio, el fallecido Baudrillard y otros pensadores. ¿Por qué hay una fuerte tensión entre los puntos de vista optimista y pesimista?
NICK BOSTROM: En realidad no puedo compartir que ninguna instancia de mi personalidad sea denominada “tecnoutópica”, aunque ciertamente es un término que ha sido aplicado al transhumanismo por algunos críticos. De hecho, hay algo de justicia en su crítica. El transhumanismo es un movimiento muy diverso, y algunos individuos que pueden llamarse a sí mismos transhumanistas pueden ser llamados, con acierto, “tecnoutópicos” en el sentido de “aceptación acrítica de la visión de que las tecnologías inevitablemente resolverán todos los grandes problemas”.
No sé si el tecnopesimismo es peor o mejor que el tecnoutopismo. Me parece que deberíamos intentar superar los sesgos en ambas direcciones (malentendidos que llevan a resultados positivos y malentendidos que llevan a resultados negativos) y asignar posibilidades basadas en la evidencia y el juicio honesto más que en la base de la ideología o el prejuicio temperamental.
DAVID PEARCE: ¿Es nuestra calidad de vida en sociedades avanzadas mejor que los ancestros de cazadores-recolectores de la Sabana africana? La respuesta parece obvia: sí. Los tecnopesimistas podrían replicar esta evidencia sugieriendo que el promedio de los más felices es pequeño. Y luego pasan a extrapolarlo. Bien, tal extrapolación es prematura. Estamos en vísperas de una transformación de la naturaleza humana en sí misma. En teoría, podemos recalibrar la rutina del hedonismo y llegar a ser más felices (relegando el pesimismo a la historia). El tecnopesimismo puede ser útil cuando estimula el pensamiento crítico de consecuencias no anticipadas de las nuevas tecnologías, planificando escenarios mal previstos y analizando mejor la relación entre riesgo/recompensa. Pero si los humanos fueramos todos realistas depresivos, entonces todavía estaríamos viviendo en cuevas. Los transhumanistas creen que podemos superar nuestras limitaciones físicas, intelectuales, emocionales (¿y morales?) como seres humanos mediante el uso resposnable de la tecnología.
Vale la pena decir que yo soy un pesimista por temperamento. Pero creo que (previsiblemente) la tecnología informática y la biotecnología nos traerán miles de millones de años de seres humanos invencibles con más fortuna que ninguna otra cosa realizable hoy.
A.L. : Wikipedia sistematiza todos los miedos y reticencias hacia el movimiento transhumanista: inviabilidad, el argumento de jugar a ser Dios, el argumento de la fuente de la juventud, de un nuevo “mundo feliz”, de Frankestein o de Terminator (basado en el libro “La hora final” de Martin Rees). ¿Cuáles de esos temas son comprensibles y cuáles no? Una crítica común suele ser la visión finalista del transhumanismo (como ocurre con el marxismo o el cristianismo, por ejemplo). En resumen, ¿cómo rebatís esos punto de vista distópicos?
N.B. : Bajo las bases del “caso por caso”, también intentando identificar los sesgos que pudieran afectar a nuestro juicio a través de un amplio rango de casos. El miedo no es algo necesariamente malo siempre que esté dirigido a algo que es realmente peligroso, y que resulta un intento constructivo de hacer algo sensato para reducir el peligro. Por ejemplo, tiene sentido estar preocupado por la enfermedad pandémica, algo que ocurre junto con la posibilidad de grandes errores en bioingeniería. Pero sentir miedo teniendo la opción de retrasar la enfermedad y la
senilidad a través de algunas terapias de rejuvenecimiento efectivas es algo perverso. De todas maneras, no creo que haya muchas personas que en realidad teman eso, aunque algunos puedan expresar oposición por razones ideológicas.Para ilustrar cómo uno puede intentar localizar y borrar sus prejuicios sobre temas de mejora, echa un vistazo sobre los sesgos del Status Quo: http://www.nickbostrom.com/ethics/statusquo.pdf
D.P. : ¿Jugar a ser Dios? ¿Qué podría estar más “endiosado” que crear nueva vida? Históricamente, casi todas las culturas han tenido conexiones entre tener sexo y reproducción; nosotros no tenemos una excusa así. Por un lado, condenamos a los escritores de “malware” informático, quienes liberan código corrupto. Por otro, nosotros propagamos nuestro propio código corrupto a través de generaciones (una enfermedad genética letal, el envejecimiento, y una predisposición a los desórdenes de ansiedad, depresión y otros desagradables estados darwinistas de la mente). Con los avances en medicina reproductiva, ¿qué hay de malo con actuar como padres responsables? ¿Por qué no planear la salud genética a largo plazo y la felicidad de las generaciones futuras?
¿El argumento de la fuente de la juventud (el desprecio por la carne)? ¿Qué podría mostrar más desprecio por la carne que apoyar cuerpos darwinianos que se desmoronan y mueren? Con la madurez de la medicina genética, ¿por qué no diseñar un anteproyecto para los cuerpos eternamente jóvenes? Es más, nosotros tendremos pronto la oportunidad de explorar formas más ricas de sensualidad; magnificar el cortex somato-sensorial; aislar el centro del deseo sexual y amplificar sus sustratos según lo queramos. Trascender la carne puede ser una opción, no una
obligación.¿Un nuevo “mundo feliz”? Este argumento es más complicado de desmontar con rotundidad. La biotecnología puede reforzar al ciudadano individual más que al Estado. Por ejemplo, mejorando la iniciativa para incrementar la autonomía personal y la participación activa en la sociedad. Por contra, la baja iniciativa está asociada a la subordinación y al retraimiento social. El soma de Huxley estaba equivocadamente recomendado como una “droga de placer ideal”.
Verdaderamente la farmacología utópica superará eso.¿Argumento de dehumanización (Frankenstein)? Sí, la tecnología puede deshumanizar; la biotecnología puede crear monstruos. Aunque también pueden crearse santos y ángeles. Menos poéticamente, pronto podremos “humanizarnos” a nosotros mismos. Podemos mejorar biológicamente nuestra capacidad para la empatía (ya sea amplificando funcionalmente nuestras neuronas espejo, o por el uso de diseños “empatógenos” prosociales, o por la liberación de oxitocina sostenida por ingeniería genética para promover la confianza social. ¿Haremos todo eso?
No lo sé.¿El argumento Terminator? El bioterrorismo y el virus “grey goo” son quizás los escenarios más preocupantes. Pero dentro de las próximas décadas, tendremos probablemente bases autosostenibles para la Luna y Marte. Incluso en los escenarios más apocalípticos, cualquier riesgo existencial para la vida inteligente se disminuirá de este modo. Desde una perspectiva ética utilitarista, es esencial que los seres humanos sobrevivan para llegar a ser posthumanos. Somos la única especie capaz de erradicar el sufrimiento en toda la vida sintiente. Nosotros también somos la
única especie lo suficientemente inteligente como para liberar felicidad a lo largo del universo accesible.A.L. : Probablemente, el problema más importante es la poca información que tenemos sobre vuestro movimiento. En realidad, aquí el transhumanismo es aún un gran desconocido, salvo por algunos artículos de Fukuyama. Me gustaría preguntarles por las relaciones entre transhumanismo y otros aspectos. Por ejemplo: - El transhumanismo y la religión. ¿Os consideráis religiosos? ¿Hay un transhumanismo ateo o agnóstico?
N.B. : Me considero agnóstico. La mayoría de los transhumanistas no son religiosos, pero hay transhumanistas católicos, mormones, budistas, etc.
D.P. : Pienso que es difícil reconciliar el transhumanismo y la religión revelada. Si queremos vivir en el paraíso, tendremos que ingeniárnosla nosotros mismos. Si queremos la vida eterna, necesitaremos reescribir nuestro código genético erróneamente conducido y llegar a ser como dioses. “Todo lo que tiene vida puede ser librado de sufrimiento”, dijo Gautama Buddha. Es un sentimiento maravilloso. Por desgracia, sólo las soluciones dadas por la alta tecnología pueden erradicar el sufrimiento del mundo. La sola compasión no es suficiente.
A.L. : El transhumanismo y la eugenesia. ¿Son todos los transhumanistas eugenistas? ¿Tenéis un programa político en este tema?
N.B. : La asociación transhumanista mundial ha adoptado oficialmente una declaración en la que prohibe todas las formas de eugenesia neonazi de la organización (esto ha sido una respuesta a un incidente de hace algunos años, cuando uno o dos trolls intentaron infiltrarse en la organización). El transhumanismo apoya los derechos reproductivos, entre otros derechos humanos. Tendemos a pensar que es mejor que las decisiones reproductivas están en manos de los padres, en contacto con su doctor, y dentro de las amplias líneas del Estado. Sería éticamente inaceptable, así como muy peligroso, tener una imposición de Estado con una fórmula que determina qué tipo de personas deberían existir en la próxima generación.
Si yo fuera padre, consideraría la obligación moral para tomar todos los pasos razonables hacia la seguridad de que el niño que vamos a traer al mundo empiece su vida con las mejores oportunidades de vida posibles. Si una mujer preñada puede mejorar el coeficiente intelectual del hijo tomando “ácido fólico” o sumplementos de “colina”, y evitando el alcohol, el tabaco y el agua no potable, creo que sería irresponsable para ella no hacerlo. De igual manera, si estuviera usando fertilización in vitro, y hubiera un test genético sencillo que pudiera seleccionar el mejor embrión para la salud y otras capacidades deseables, entonces creo que sería negligente no aprovecharme de ese test. Sería un inconveniente muy pequeño para una importante ganancia.
D.P. : Los tranhumanistas no son eugenistas en nada que recuerde al odioso sentido tradicional de la palabra. No obstante, la humanidad está al borde de una revolución reproductiva. Los padres pronto podrán elegir la clase de hijos que ellos quieren traer al mundo. El diagnóstico pre-implantación se volverá una rutina. El diseño de genomas será lo siguiente. La mayoría de los padres aspiran a tener hijos más felices, más listos y más sanos. En principio, una mayoría de personas probablemente apoyaría el uso de la medicina genética para prevenir enfermedades como la “fibrosis cística”. En contraste, sólo una minoría de personas apoya actualmente las tecnologías para estas mejoras. Las tecnologías de mejora de hoy son las terapias del mañana. Para nuestros sucesores, los humanos mortales pareceremos trágicamente enfermos y disfuncionales. En la actualidad pensamos que es moralmente aceptable pasar la herencia letal del envejecimiento a nuestros hijos y una predisposición a la rica variedad de desórdenes mentales (envidia, falta de iniciativa, ansiedad, resentimiento, soledad) adaptativos en el medio ancestral. Así la vida humana puede ser potencialmente mejor. Con tecnologías maduras, ¿por qué no reemplazar la cruel ruleta genética de la selección natural por la superfelicidad preprogramada genéticamente, la superlongevidad y la superinteligencia? Críticamente, esta transformación no necesita (y no debería) suponer la opresión de otras razas o especies. Trascender nuestras limitaciones biológicas supone trascender los sesgos etnocéntricos y antropocéntricos de nuestros ancestros.
Tenemos por delante un verdadero dilema. En un mundo post-envejecimiento, ¿cómo reconciliamos los derechos reproductivos con la capacidad de explotación finita de nuestro planeta? ¿Presionará la población finalmente para que nos hagamos a la idea de las estrellas? ¿O este escenario es solamente ciencia-ficción?
A.L. : El transhumanismo y la inmortalitalidad. ¿Creéis en la “transferencia mental”? Si la respuesta es sí, supongo que os consideráis dualistas.
N.B. : Pienso que la transferencia podría, bajo circunstancias correctas, preservar la consciencia y la identidad personal. Yo no me considero un dualista. Pienso que mi mente actualmente está corriendo en una especie de computadora de proteínas, y si los mismos procesos computacionales fueran implementados en un ordenador de silicio creo que no notaría ninguna diferencia.
D.P. : No hay ninguna razón científica por la que no podamos reescribir nuestro propio código genético y permanecer jóvenes indefinidamente. En cierto sentido, los posthumanos pueden llegar a ser casi inmortales (aunque quizás hablar así refleje nociones insostenibles de la identidad personal. ¿Cuándo? Unos pocos transhumanistas son optimistas. Ellos citan el crecimiento exponencial en el poder de las computadoras y predicen que congelar el envejecimiento puede ser posible en décadas.
Espero que estén en lo cierto. Por desgracia, yo temo que esa reescritura genética y otras intervenciones pueden tardar cientos de años, o incluso más. En cualquier caso, las pruebas bien controladas de terapias antienvejecimiento serán un problema.
¿Transferencia mental? Aquí quizás hay que tomar más precauciones. La tecnología dominante de un periodo ofrece metáforas de la mente. Nuestra tecnología dominante es la computadora digital. Así que es natural preguntarse si los robots orgánicos como nosotros pueden escanearse, digitalizarse y transferirse a un medio menos perecedero. Desgraciadamente, no tenemos ningún conocimiento científico sobre la consciencia, deja sólo una teoría rigurosa de sus múltiples apetitos. Ni la física clásica explica ahora cómo billones de células cerebrales pueden generar un campo de experiencia unitaria. Personalmente, soy escéptico de que la computadora digital con una arquitectura clásica pueda ofrecer alguna vez consciencia unificada (¿Madurarán las computadoras cuánticas artifiaciales para ser sintientes? Puede). Debería añadir que gente muy capaz está en desacuerdo. ¿Si soy un dualista? No, pienso que el mundo está exhaustivamente descrito por ecuaciones matemáticas. Lo que respira fuego dentro de las ecuaciones no es un problema tal como lo entendieron los metafísicos materialistas.
A.L. : El transhumanismo y la singularidad tecnológica [progreso tecnológico y cambio social tan brusco que cambiará nuestro ambiente hasta el punto de que un ser humano anterior a la singularidad sería incapaz de comprender o predecir]. ¿Está la singularidad, tal como la explica el escritor de ciencia-ficción Vernor Vinge, realmente cerca?
N.B. : No lo sé. Nadie lo sabe. Para mí, esto significa que alguien puede pensar en términos de una distribución de probabilidad sobre un alto rango de posibilidades, incluyendo algunas probabilidades nada triviales sobre la posibilidad de que eso ocurrirá bastante pronto, dentro de un par de décadas; alguna probabilidad dice que será mucho más tarde; y algunas probabilidades indican que esto nunca ocurrirá. Podríamos tener entonces una interesante discusión acerca de la forma exacta de estas distribuciones de probabilidad. Pero a menos que primero reconozcamos la incertidumbre de estas previsiones, estaremos muy lejos en nuestros análisis.
D.P. : El desarrollo de la superinteligencia transhumana es presumiblemente inevitable en al menos algunas frecuencias de amplitud de la función ondulatoria universal. ¿Cerca? Supongo que depende de tu concepción de proximidad. ¿Deberíamos temerla? No si la inteligencia superhumana trae una capacidad más rica para el entendimiento empático de otros seres sintientes. El instituto de la singularidad [http://www.singinst.org] explora estos temas en profundidad.
Vinge habla de cómo podemos, en un futuro cercano, crear (o convertirnos) criaturas que superen a los humanos en las dimensiones intelectual y creativa. Los hechos que van todavía más allá (llamados singularidad tecnológica) son tan inimaginables como lo es la ópera para un “platelminto” [gusanos sin aparato circulatorio o respiratorio]. Vinge puede estar en lo cierto. Pero vale la pena recalcar que el amor por la ópera de los humanos tiene algo importante en común con los gusanos: la interacción funcional entre nuestros respectivos opioides y sistemas de
dopamina. Es la escala del placer lo que hace que algo merezca la pena. Sin un tono hedonista, no hay ningún significado en la existencia. No, posiblemente no podemos imaginar sobre qué tipo de conceptos sofisticados de mentes posthumanas podemos ser felices (no más que un gusano puede saber sobre la ópera). Pero predigo que los posthumanos no serán solamente superinteligentes sino también supersintientes.A.L. : El “imperativo hedonista” propone la biología molecular del paraíso. Un mundo sin dolor físico o mental. David refuta objeciones diciendo: “La guerra, el robo, el infanticidio y el abuso de niños han existido desde tiempos inmemoriales. Estos son bastante naturales si lo miramos desde una perspectiva histórica, cultural o sociobiológica”. He entrevistado a Gary Francione, un teórico de los derechos animales, y él opina algo semejante sobre el consumo de productos animales frente al veganismo. Así que supongo que deberíamos tener en cuenta esta perspectiva abolicionista, ¿verdad?
Mi segunda pregunta aquí es: si nosotros logramos un paraíso biológico (olvidando las críticas que dicen que el dolor es algo necesario en la vida), ¿cómo viviríamos? Este nuevo mundo resulta casi inimaginable.
N.B. : Sí, pienso que deberíamos tener en cuenta la perspectiva abolicionista. Y sí, el mundo que resultaría si el proyecto abolicionista fuera eventualmente exitoso es casi imposible de imaginar. Para los iniciadores, nosotros podemos asumir con seguridad (considerando los obstáculos tecnológicos pantagruélicos que tendrían que ser superados para que esa visión llegara a ser real) que la eliminación del dolor no sería la única diferencia entre el nuevo mundo y el mundo actual. Muchas otras cosas cambiarían también.
Desde luego, el abstenerse de la intervención de una superinteligencia o la completa destrucción de la biosfera (otra forma de sufrimiento que podría ser abolida) no va a ocurrir de la noche a la mañana. Así que podemos tener una idea clara de estos asuntos para movernos gradualmente hacia nuestros objetivos.
D.P. : ¡Qué libro al servicio del demonio puede escribir sobre el torpe, vil, poco provechoso y cruel trabajo de la naturaleza! Dijo Darwin. ¿Y si la naturaleza, encarnada en dientes y garras, pudiera ser civilizada? ¿Y si los “parques salvajes” posthumanos pudieran estar libres de la crueldad? Es técnicamente viable. Pienso que cualquier ética compasiva (no sólo el budismo o el utilitarismo) debe reivindicar la extensión del proyecto abolicionista a todo el mundo viviente, no solamente a nuestros grupos étnicos o especies. Un compromiso con todos los seres sintientes está escrito dentro de la declaración transhumanista. ¿Qué significa ese compromiso en la práctica? ¿De veras vamos a parar de matar y comer a otras especies? Idealmente, el poder del argumento moral bastaría. Más plausiblemente, sólo el advenimiento de comida abundante, barata y deliciosa producida con ingeniería genética puede sentar las bases para la fundación de un veganismo global. La producción de “carne no animal” es potencialmente asumible. Sin embargo, si somos moralmente serios, una dieta libre de sufrimiento es solamente el principio. Un mundo sin sufrimiento supondrá el uso de políticas anticonceptivas para muchas especies; reescritura del genoma; rediseño del ecosistema de nuestros parques salvajes terrestres; nanorobots para dirigir el ecosistema marino; y mucho más. Esto representa un reto serio de computación e ingeniería. Visita https://www.abolitionist.com para una visión general.
¿Dolor físico? ¿Por qué nuestros robots responden a estimulos sin sentir agonía si son dañados? (mientras su contrapartida orgánica sufre usualmente tanto). Por el momento sólo podemos conjeturar. Hay al menos dos posibles soluciones a las miserias del dolor físico en la vida orgánica. La primera es librarse de todo lo desagradable mediante prótesis inteligentes… la solución “cyborg”. La otra alternativa es modificar las curvas de información sensible hacia gradientes de sublimidad del ser humano. Por ejemplo, tener analogías funcionales para el dolor sin notar el
vicioso sentimiento de dolor en bruto.
¿Cómo sería la vida en una hipotética era postdarwiniana? Es divertido especular. Por analogía, imagina si un especialista en dolor crónico empezara a pontificar a sus pacientes acerca de cómo deberían vivir sus vidas tras ser curados. ¿Por qué deberíamos hacerle caso? En teoría, los humanos mejorados emocionalmente podrían conservar mucho de nuestras arquitecturas preferidas para la existencia, simplemente recalibrando las rutinas así que nosotros todos llevaríamos vidas más placenteras en torno de un punto de vista hedonista. En la práctica, pienso que nuestro esquema conceptual también se verá revolucionado. Cualquier cosa concreta que digamos ahora sobre la era futura de la ingeniería del paraíso es probablemente una ingenuidad de niños. Para tener una idea de qué está en juego, quizás intenta recolectar las cimas más maravillosas de tu experiencia vital. Sospecho (pero no puedo probarlo) que el día a día de la vida posthumana será mucho mejor.
A.L. : Pienso que el transhumanismo nos es poco familiar porque no podemos leer una genealogía de vuestros pensamientos y vuestros maestros. Creo que para David el “utilitarismo negativo” es un buen punto de partida, pero no sé cuál es el de Nick. No conozco uy bien vuestros orígenes, no sé si porque intentáis despegaros de ciertas presunciones del pensamiento tradicional.
Además, ¿en qué momento arranca la historia reciente del transhumanismo? ¿En Ray Kurzweill, Marvin Minksy, Hans Moravec?
N.B. : No hay un punto de partida donde todo empezó. El pensamiento transhumanista ha tomado forma gradualmente, a través de las contribuciones de muchos pensadores. Mi visión filosófica no está basada en ningún predecesor en particular. Leo a muchos. Esto, por cierto, es muy habitual en la filosofía analítica contemporánea: ha llegado a ser más como una ciencia, con muchas personas haciendo pequeñas contribuciones a muchos problemas específicos.
D.P. : El transhumanismo es un movimiento muy diverso. Para más información visita: http://www.transhumanism.org/resources/faq.html. El transhumanismo en el sentido moderno del término realmente empieza en el trabajo de Max More y sus colegas del Instituto Extropiano. La historia del pensamiento transhumanista escrita por Nick es muy ilustrativa. Personalmente citaría muchas influencias como Bertrand Russell, Peter Singer, Richard Dawkins y Alexander Shulgin (no todos aparecen en el canon transhumanista).
A.L. : Por cierto, ¿vais a celebrar algo por el décimo aniversario de la asociación transhumanista? ¿Cómo os conocisteis y llegasteis a fundar esta organización? ¿Cuáles son vuestras actitivades principales en la actualidad?
N.B. : Supongo que deberíamos hacer algo por el décimo aniversario. He estado demasiado ocupado en mis propias investigaciones para plantearme esa idea. Dave y yo nos conocimos mientras yo estaba graduado en economía, en Londres. Tuvimos alguna correspondencia por mail. Dave se ha formado la impresión de que yo era el mandamás y él probablemente se decepcionó cuando vio que era solamente un pobre estudiante graduado. Sin embargo, después de nuestro encuentro él me describió en su diario on line como un “perseguidor de la verdad en busca de engaños epistémicos”. Yo era bastante inquieto en mis primeros años pero me he tranquilizado con los años.
Actualmente estoy centrándome en mi trabajo como director del instituto de la humanidad del futuro de la universidad de Oxford. Es una investigación interdisciplinaria sin ánimo de lucro que busca estudiar las preguntas vitales para la humanidad de una forma rigurosa, lo cual es una absorbente e importante misión. Me gusta intentar ayudar con la organización de las tareas transhumanistas, pero en mi corazón soy un investigador y pensador, no un activista o un ideólogo.
D.P. : Conocí a Nick hace una década. Él me escribió algunas astutas objeciones al manifiesto abolicionista. Con alguna dificultad, Nick me convenció de que yo era un transhumanista (yo predije que él sería el primer profesor del transhumanismo: uno espera ser el primero de muchos). Yo animé a Nick a hacer un website. La Asociación Transhumanista Mundial entró en un periodo de crecimiento explosivo sólo después de que el formidable bioético James Hughes (http://changesurfer.com/Hughes.html) estuviera de acuerdo en ser secretario. Por el contrario, tengo una gran tendencia no-transhumanista que ocultar detrás de mi computadora. En un mundo darwiniano, los herbívoros tienden a ser tímidos… o son devorados.
Mi campo de investigación está en la psicofarmacología clínica (particularmente en el tratamiento de desórdenes afectivos) porque pienso que padecer sufrimiento es el desafío moral más urgente que debemos afrontar. No todos estarían de acuerdo, pero el dolor más sencillo de llevar es el de los otros. Las drogas psicoterapéuticas son sólo algo provisional: la medicina post-genómica será mejor. Pero la mayoría de las personas no quieren oír cómo sus descendientes pueden disfrutar de una larga vida de felicidad, juventud eterna, abundancia material ilimitada, libertad morfológica, etcétera. Ellos quieren saber cómo mejorar sus vidas (y la de sus seres queridos) en este mismo momento.
A.L. : Si estuviéramos viviendo una simulación, ¿qué supondría esto para nosotros? ¿Deberíamos cambiar algo? ¿Deberíamos creer en la navaja de Occam? A propósito, ¿qué pensáis de la “Física de la inmortalidad” de Tipler?
N.B. Esto se refiere a un texto académico que escribí hace unos años, que ha atraído la atención de muchos (véase http://www.simulation-argument.com). En resumen, no creo que la hipótesis de la simulación debiera cambiar drásticamente la forma en que vivimos, aunque esto es intelectualmente interesante y puede tener algunas ramificaciones prácticas perspicaces. Me gusta tener la oportunidad de enfatizar que el argumento de la simulación no muestra que nosotros estamos viviendo en una simulación de ordenador, sólo que al menos una de las tres proposiciones es verdadera [Proposición 1: la probabilidad de que una especie con nuestro nivel actual de desarrollo pueda sobrevivir antes de alcanzar la madurez tecnológica es muy baja. Proposición 2: .Casi ninguna civilización madura tecnológicamente está interesada en correr simulaciones de ordenadores de
mentes como las nuestras. Proposición 3: Estás con casi toda seguridad viviendo una simulación] . Una de esas proposiciones es la de la simulación.
D.P. : Cómo deberíamos comportarnos en una supuesta simulación depende de su naturaleza. Así, si tú tienes un sueño lúcido, cualquier cosa es permisible. La completa autoindulgencia está moralmente bien desde que las personas en un mundo de ensueño son sólo zombies. Lo mismo es cierto cuando usando software de realidad virtual del mañana en el modo de un jugador. Sin embargo, si la hipótesis de la simulación es verdadera, entonces las personas simuladas tienen experiencias reales. El sufrimiento, por ejemplo, no es menos real dentro del superordenador cómisco en el curso de una simulación de un superser. De hecho, una de las razones por las que creo que estamos viviendo en una realidad de fondo es porque encuentro inconcebible que un superser optara por recrear (y proliferar) los horrores del pasado darwiniano desde el cual éste emergió, aunque esto es más una incredulidad personal que un argumento.
¿La navaja de Occam? El argumento de la simulación es interesante precisamente porque es muy cauto con las afirmaciones. Sus premisas son bastante compartidas en la filosofía académica y la comunidad científica.
Mi propia idea de cómo comportarnos en una simulación tiene más lógica en la teoría de la percepción. Yo he creído durante mucho que cada uno de nosotros vive en una simulación egocéntrica del mundo proyectada por la mente/cerebro. Desde que los zombies de cada simulación tienen contrapartidas en el mundo real, uno debería tratarlos como si fueran reales. Sin embargo, como joven jinete de la angustia, mi aceptación radical de una teoría de la percepción realista me hace sentir como si estuviera condenado al confinamiento solitario toda mi vida. Este sentimiento de soledad era indescriptible. El realismo naïve es mejor para la salud mental de uno.
¿La física de la inmortalidad? Si la teología judeocristiana es verdadera, entonces el libro de Tipler es un intento maravillosamente audaz de mostrar cómo los dogmas religiosos pueden ser reconciliados con la ciencia natural. Pero dudo que cualquier físico que no comparta las premisas cristianas de Tipler esté de acuerdo en sus conclusiones.
A.L. : Admito que no entiendo bien el principio antrópico. ¿Podríais explicarnos con sencillez qué supone esto para nosotros?
N.B. : El principio antrópico se ha construido y deconstruido en muchas ocasiones. Si tú apartas todos los malentendidos, hay en realidad un corazón sensato e importante, el cual es el mandato para tomar en cuenta los efectos de las observaciones cuando las evidencias o hipótesis no contienen información catalogada. Tengo una web.com una introducción: http://www.anthropic-principle.com.
D.P. : Todas las versiones del principio antrópico fuerte aseguran que el universo fue diseñado, en algún sentido, para la existencia humana. Yo no estoy convencido. Nuestra mejor teoría del mundo, la mecánica cuántica, nos dice que vivimos en un multiverso con un número inconcebiblemente inmenso de ramificaciones. En la gran mayoría de esas ramificaciones, las constantes de la naturaleza están equivocadas. Tales ramificaciones no contienen observadores o vida. Por el contrario, una minoría de las ramificaciones apoyan la replicación de la información que evoluciona vía selección natural hasta llegar a ser observadores. El observador ingenuo en tales ramificaciones pueden preguntarse por qué las constantes físicas básicas (por ejemplo, las constantes que determinan las cuatro fuerzas de la naturaleza) aparecen tan improbablemente afinadas para producir vida, o seres humanos. Ingenuamente, él invoca a Dios que ha puesto providencialmente las leyes de la naturaleza para el beneficio humano (o su castigo). Pero esas coincidencias antrópicas son meramente un efecto de la observación. La clase de vías que podemos observar están restringidas por las condiciones necesitadas para el surgimiento de observadores. Los observadores, por su propia naturaleza, se encontrarán a ellos mismos en una rama atípica del multiverso vista como un todo.
A.L. : Quiero preguntaros algo para finalizar. La mejora humana y el destino posthumano parecen ir hacia la extinción de la propia humanidad. La condición humana está condenándose a sí misma. ¿Qué pensáis de esta paradoja?
N.B. : Pienso que debemos distinguir la humanidad de tener una determinada clase de ADN en nuestras células, solamente como nosotros ya distinguimos los seres entre blancos y negros, mujeres u hombres, jóvenes o mujeres, gays o hetero. Podría haber muchas formas de humanidad, incluyendo nuevas formas que todavía no existan. Y el objetivo no es reemplazar a la gente actual con un conjunto de “personas superiores”. El objetivo es dar a las personas la opción de continuar desarrollándose de muy diversas maneras, incluyendo formas que difierente de los tipos de humanidad que tenemos hoy. Si quires un eslogan, podría decir que el humano es lo que somos, y
el humane es lo que esperamos llegar a ser (y esa necesidad no es exactamente la misma para todo el mundo).
D.P. : ¿Un bebé se mata a sí mismo por crecer hasta ser un adulto maduro? ¿Una crisálida se mata a sí misma por llegar a convertirse en una mariposa?
A.L. : Gracias por su amabilidad. ¿Desean añadir algo?
N.B. : Tengo anotaciones de muchas de mis publicaciones en Internet, así que los lectores interesados que quieran leer más pueden visitar mi web: http://www.nickbostrom.com.
D.P. : Puedes notar ciertas diferencias de énfasis entre Nick y yo. Pero pienso que ambos estamos de acuerdo en que el futuro de la vida en el universo es potencialmente glorioso más allá de la comprensión humana.
N.B. : Coincidimos en eso. Y esto resulta realmente importante.
Muchísimas gracias.
Andrés.
HOME
H+ Interview
BLTC Research
El Mundo Feliz
More Interviews
Qué es ser filósofo?
The Abolitionist Project
El Proyecto Abolicionista
Future of Humanity Institute
Cirugía Utópica (en español)
La Superfelicidad (en español)
Transhumans and Transhumanists
El Bodhisattva Genómico (en español)
The World Transhumanist Association (H+)
El sufrimiento en el Multiverso (en español)
Institute for Ethics and Emerging Technologies
La reprogramación de los animales predadores (en español)
Proyecto Genético para Crear una Biosfera Feliz (en español)
Sintiéndose maravillosamente, por siempre…(more Spanish!)
El imperativo de abolir el sufrimiento: una entrevista con David Pearce (en español)